lunes, 9 de marzo de 2015
Alas a los peces
Un dios nació en mi pecho para seguir dormido,
con voz y manos,
igual que los peces nacieron con alas
para no remontar el vuelo.
Me hicieron perro que le reza a la luna,
llorándole a una estrella
que no va alcanzar nunca.
No me apendejo buscando errores,
me sé Ícaro creyéndose ave
tratando de tocar el cielo.
No tengo rostro, nombre, O fortuna,
envidio todas las voces menos la mía,
que a veces se me apaga,
luceros que los guían ciegos y felices
en pos de un ideal,
vueltos cometas y estrellas fugaces...
Me caga el soy, pero eso soy,
asco en el espejo,
esquizoide que se automanda a la chingada,
ostra queriendo ser sirena
y dejar irónicamente, de soñar.
Posdata: Odio a melodía en cuello,
con mi sangre,
todo lo que escribo.
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