Quería contar esta historia hace una semana, pero ocurrieron cosas fuera del teclado que me impidieron hacerlo, así que resumo mi labor en este blog, quizás un poco a destiempo pero espero compensarlo.
Lo que estoy por narrarles es una anécdota que me ocurrió personalmente en uno de los Días Muertos, llamémosle así a la trifécta necromántica Halloween-Todos Santos-Día de Muertos, cuando tenía unos 14 años.
Para aquellos que me leen y no lo sepan, en mi ciudad año con años se lleva a cabo la Feria de Todos Santos, una feria regional que dura 15 días promedio, y a la que mucha gente va sin culpa los Días Muertos, porque en muchos lugares les dan esos días libres. Esto lo menciono porque es pertinente para la historia más adelante.
Sucedió pues una noche de de cuando tenía 14 años; mi mamá, mi hermano pequeño, y dos tíos se alistaban para irse a la feria. Yo no quise acompañarlos porque me dio weva y porque quería quedarme a ver las películas de terror que iban a pasar en Canal 5 por la fecha (si mal no recuerdo, creo que entre otras pasaron Pet Cemetery 1 y 2).
Entonces mis familiares se fueron por allá de las 6-7 de la tarde, y yo me quedé sola arranada en el sillón de la sala viendo tele.
Quiero mencionar, que desde que tengo uso de razón siempre he considerado como "mágicos" esos 3 días, como si cualquier cosa rara, loca y sobrenatural pudiera pasar...Más o menos como lo es Navidad para el resto de las personas. ¿Por qué? No sé, sólo es algo que siento adentro.
Volviendo a la historia....
Pues ahí estaba yo borrando la raya, cuando por aquello de las 9 de la noche se me antojo bañarme, deje la tele prendida, tomé mi toalla y me metí al baño, que está al final del pasillo, antes de salir al patio. Adentro del baño, me llegaban los sonidos de la tele sin ningún problema, y me estaba dando prisa para no perderme mucho de la película. En eso estaba cuando escuché que abrieron la puerta de la casa (es de metal), y entraron mi hermano haciendo berrinche, mi mamá regañándolo, mis tíos hablando. La típica bulla de bolsas, voces y pasos que hace mi familia cuando entra a la sala.
Pensé: yey ya volvieron...mejor me apuro para que no le vayan a cambiar de canal.
Me envolví en la toalla, abrí la puerta y salí mientras les decía "'¿cómo les fue?".
Pero no había nadie.
La sala estaba vacía, la tele encendida era lo único que producía ruido.
Me fui corriendo en chinga a mi cuarto, donde me encerré y me vestí, me pusé zapatos lo más rápido que pude. Agarrando valor salí a la sala, apagué la tele y me salí de la casa. Vagué como mensa por la colonia medio vacía (porque medio mundo estaba en la Feria), hasta que se me pasó un poco el shock, y se me prendió el foco de irme a casa de mi abuela, que vive a unas cuadras de mi casa.
Llegué, aparentemente con el susto en la cara porque mi abuelita luego luego me preguntó qué me había pasado. Ahí con un mucho de vergüenza le conté lo que había pasado, y me tranquilizó en un plan de "fue la tele, te sugestionaste, haz oración y ya"...Y por dentro estaba: "eso NO fue la tele".
Me estuve ahí viendo películas en blanco y negro con ella y mis otros dos tíos (tengo muchos), hasta que por allá como a las 11 de la noche habló mi mamá por teléfono para preguntar si estaba yo ahí. Ya mi abuela le medio explicó que me habían asustado y que por eso estaba en su casa.
Después de la llamada me fui a mi casa, donde volví a platicar mi experiencia con los mismos resultados.
No puedo dar explicación de qué pasó, si fueron ecos súper precisos de la casa, si fue otra cosa... pero estoy segura que no fue mi sugestión porque habría visto o escuchado algo diferente, no a mi familia llegando a casa, según mi lógica...
Nunca volví a escuchar nada similar.
Como fuera ese día aprendí dos lecciones valiosas que sigo religiosamente al día de hoy:
1) Jamás quedarme a solas por la noche en esos días.
2) Siempre, pero siempre, vestirme dentro del baño después de ducharme.