Soy una joven mexicana
con un sueño loco: quiero ser escritor. Permíte justificarme primero: no es por
moda, porque existe (ahora resulta), ni por regordearme en un snobismo ni en un
título de pseudo-intelectual superior a las masas. Quiero escribir, así de
fácil, compartirle al mundo el mundo del que escribo, que la gente lea mi
trabajo y ocasionalmente me diga “¿sabes qué? Me gustó”.
Sueño ilusamente con
ver mi trabajo expuesto en una librería, subirme al camión y encontrarme con
una chica que huye del ruido, de la mano y páginas de mi universo…. Y si se
puede, vivir de ello. Lo sé, pido mucho.
Suena bonito, suena
fácil. Uno podría decir a estas alturas
que “cualquiera puede escribir un libro, cualquiera puede ser escritor”.
Pero no es tan sencillo, menos si pretendes vivir de ello, menos en este país.
“Cualquiera puede escribir un
libro”
Desde que los títulos
de autoayuda, mujeres cabronas, criaturas brillantes y remedos de novela porno atacaron al mundo,
me quedó (un poco a mi pesar) perfectamente claro que CUALQUIER hijo de vecino,
goce de gran o poco intelecto, puede escribir un libro sobre cualquier
tontería, y publicarlo. E inclusive volverse famoso…. Aunque con el
advenimiento de los smartphones y las redes sociales, hasta un gato puede tener
sus 5 minutos (o más) de fama…(Eso me da esperanzas).
Pero cuando sabes que
no eres un genio del marketing, ni ex estrella porno, ni Madonna, y estás
consciente de que no tienes la creatividad retorcida para asesinar a los
clásicos, ni intentar azotarles el trasero con un látigo, y no quieres caer tan
bajo como para hacer el ridículo, la cosa se complica.
Sé lo que van a decir:
Las becas, espacios, talleres, internet,
los medios están ahí para que cualquiera, ya sea con un poco o mucho de
inversión, logre publicar algo. En caso como las becas implican un poco más de
atinarle a lo que buscan los jueces, y otra cosita… como talento, o que tú proyecto,
mínimo, les sea interesante.
.Ahora empapémonos de
realidad. Vivimos en México, donde los libros son caros, la cultura de leer es
poca (aunque crece a pasos de caracol), y aunque puede que las instituciones
digan lo contrario, los mexicanos no leen, tanto así que hay quienes no pueden ni
citar tres míseros libros…
Y si quieres que las grandes
editoriales te tomen en serio, debes de ser algún premio joven dosmilalgo, o tener las palancas
suficientes como para que se dignen a prestarte atención….y te pongan en lista
de espera. Si no tienes un premio, o mucho dinero que te respalden, más vale
prepararte para ir solo contra el emporio editorial que reina el país hoy por
hoy.
Bajo esas condiciones
¿Por qué querer ser un escritor, en un país gobernado por la tele? Es medio
desolador, y acojonante.
Decir: “porque quiero
ser un escritor famoso como (inserte aquí autor de best seller)”, no es una
buena respuesta. Si somos sinceros la literatura best seller tiene sus bemoles
y fallas, y es ahí cuando uno si se pone a razonar fríamente, se da cuenta que
ser escritor famoso, no es lo mismo que ser bueno. No en la mayoría de los
casos.
Decir que quiero salvar al país de la analfabetización, la incultura y que pretendo reivindicar la literatura nacional con mis cuentos provincianos, es un deseo/intención que honestamente, mejor se los dejo a otros. Ahora sí que yo paso. Mis tiros afortunadamente sé, no van por ese lado.
Entonces, ¿por qué?
Hace un par de meses
una persona muy malintencionada me atacó verbalmente acusándome de mil y un estupideces, y entre sus tópicos
y pretextos para acusarme, me acusó de intentar escribir un libro, argumentando
que vivíamos en un país donde los libros son caros, y que nadie lee y todos son
ignorantes, y que escribir no vale la pena.
Si bien le di la razón
en algunos aspectos (como en el precio), y sus palabras me llenaron de dudas,
también me iluminaron con una respuesta: si vivimos en un país donde la gente
no lee, creo que cualquier acción encaminada a que la gente se acerque a la
lectura, es siempre bien recibida, ya sea desde recomendar un libro, promover
un libro, escribir uno… al menos, eso quiero pensar.
Sé que es complicado
soñar en tiempos como estos, pero creo que siempre vale la pena si no intentar,
equivocarse mientras andas el camino de tus sueños, porque al menos lo estás
caminando y no sólo mirando desde una ventana esperando que pasen. Sin importar
lo que suceda, o si lo logro, quiero ser escritor, uno bueno, o al menos uno
decente. Uno que sepa que cuando los lectores lo llaman así, es por algo,
porque se lo ha ganado. Escribir cualquier cosa no te hace escritor creo yo. El
público y la crítica es quien te da ese título; autoproclamarse uno es ufanarte
ciega y egocéntricamente en un título que quizás ni te mereces.
Convertirte en
escritor, en tiempos de vloggers, floggers y no sé qué más “oggers”; en tiempos
donde la telenovela de las 9 se come el cerebro de la mitad del país, donde la
gente dice que lee sólo por aparentar intelectualidad y cierta catego, por
moda, que no alcanza a los bolsillos de todos, es un reto que a ratos se me antoja
tan alto que da miedo. Y de pronto me siento como pescador que se enfrenta al mar picado (irónicamente).
Entonces ¿por qué
hacerlo? ¿Por el dinero, la fama, el
impulso al ego? ¿Por iluso que soy? ¿Por sentir que hice algo con mi vida? ¿O
por la sonrisa que sueño en contagiar un día a través de mi mundo?
Confieso que no puedo
dar un porqué concreto, pero si algo hay por seguro es que las dudas que ofrece
este camino (el “y si”, el ¿podré…?”), sólo se pueden resolver andándolo….o
mejor aún: escribiéndolo.