martes, 31 de diciembre de 2013

Lo que dejó el 2013



Muy muy a menudo me encuentro a mi misma pensando que he estado perdiendo mi tiempo haciéndome pendeja, en vez de salir y no sé, hacer lo que se supone debo de hacer si quiero volverme un escritor o volverme un antropólogo.... Luego me llegan esos momentos de depresión y amargura y culpa, y miedo...un miedo tan grande como un abismo negro que da cachetadas y se impone alto como una ola....

Luego vienen esos pequeños ratos de lucidez y esperanza acaso, donde me doy cuenta que todas mis idioteces sirven para algo, sirven para llenar de vida, de realismo, de humanidad las cosas que escribo. Y eso me hace entender que todos nuestros errores sirven de algo: nos enseñan, nos educan. Que todo lo malo, nos deja algo bueno.

Y todo lo malo que me ha pasado quizás no me ha hecho más fuerte, pero si un poco menos pendeja, y quizás un poco, un poquito más sabia, también un poco más amargada pero a la vez un poco más valiente....al menos eso quiero creer.

He estado y me he sentido muy sola este año, pero de esa soledad donde la mente y sus demonios comulgan con uno mismo quieras o no, y te la soledad es sólo el pretexto que te obliga a enfrentarte a ellos, como un retiro espiritual forzoso. Y si bien al principio tanto baño de soledad fue horrible porque no quería estar conmigo misma, terminé sino por entenderme mejor, por llevarme mejor con los demonios de mi mente, los escuché tanto tiempo que aprendí cómo ignorarlos....o al menos, nos conocimos mejor  y para bien o mal, eso debe servirme de algo.

Si hay que ser sinceros y dejarnos de quejas este año empezó mal, pero terminó corrigiéndose algo... pasaron cosas buenas como el hecho de que publiqué un libro (y aunque un logro pequeño ya es algo), saqué a gente indeseable de mi vida, vi quienes valían la pena y me querían tener en su vida pese a muchas cosas.... Por la parte mala fue un año lleno de trabajo y poco dinero,  mucha introspección que no llevo a nada util.....y mucha ansiedad y miedos y declives mentales; así como  falta de salud...Qué me enfermé este año más veces que creo que lo que no me enfermé jamás....

Estoy plenamente conciente de que en este año cambié mucho, físicamente (porque los kilos no son de en balde), y mentalmente. El paso del caos dejó secuelas, pero me enseñó lo necesario y agradezco por ello. No digo que estoy feliz y que fue el mejor año de toda mi vida, porque ciertamente no soy feliz ni fue un año tan bueno, pero ahora estoy segura de que quiero cambiar eso.

Si algo en concreto dejó este 2013 además de mis balbuceos insensatos, fueron ideas masomenos claras, temores a los que enfrentarme, proyectos realistas en los que puedo trabajar, ganas de salir adelante y ponerme seria; también me dejó convertida en alguien más proclive a que le valga madre lo que diga la gente, porque con esta boca tan elocuente que me cargo siempre la voy a cajetear así que mejor preocuparme menos, y más porque la gente siempre se ofende digas lo que digas y hagas lo que hagas... Mastico ahora la firme idea de que debo hablar sin pelos en la lengua porque nunca voy a quedar bien con nadie, y que guardarme las cosas no me va a dejar nada bueno.

Este año me quitó un poco de miedo a perder a las personas, al dolor, fue un año muy raro....pero me mostró que si bien hay hondonadas mentales en mí que no conocía, al menos internamente puedo comenzar a aceptarlas y con ello aceptarme a mí, y tomar valor para salir adelante e ir a donde tenga que ir por lo que quiero...  Y espero este 2014 poder sacarme de adentro un poco de esa sensación de mediocridad, porque ya  estuvo bueno! Basically I'm done with this shit! : D

Me despido así del 2013, (de una manera un tanto difusa y más breve de lo que esperaba ) y empiezo el 2014, no con esperanzas, sino con coraje y enojo porque ya vi que tenerme compasión no me va a llevar a ninguna parte.

A chingarle pues! Because YOLO :p




miércoles, 18 de diciembre de 2013

Guía práctica para leer un libro

Quizás los expertos en el tema, es decir lectores asiduos, quieran saltarse estos humildes consejos, aunque nunca está de más tenerlos en cuenta, así estén dirigidos a los novatos.
Ahora a lo que truje Chencha: seguramente ya habrán escuchado o visto los infinitos artículos y consejos para acercarse a la lectura, pero notarán que no es muy común que les digan qué hacer una vez que ya se acercaron. La gente les arroja libros, autores rimbombantes y antiguos, etiquetas de intelectualismo y a veces snobismo, te meten el gusanito de leer en la cabeza, y se van sin más y lo dejan a uno con una sola idea en la cabeza: “¿Y ahora qué hago con esto?”.

Todos tenemos un amigo (o dos, o tres), que simplemente no les gusta leer, o que no tienen el hábito pero sí la intención aunque nunca han aterrizado bien la idea, o que simplemente un día decidieron que tenían ganas de leer un libro. Para ellos, he aquí los siguientes consejos.






Consejo número 1: Ojo con las recomendaciones

Las personas creen que los libros son inofensivos y amigables, y que cualquier persona puede acercarse a ellos (a cualquiera de ellos), embeberse y ser feliz mientras recorren un sendero de arcoíris lleno de querubines gordos y unicornios gay. Permítanme diferir. Los libros son armas de doble filo, y son correctos en las manos correctas. Muchas personas que han tenido la intención de leer han terminado con un ejemplar cruel y huraño, generalmente recomendado, que les terminó asesinando todo intento futuro por volver a acercarse.



Tan basto es el universo de la lectura que quién la frecuenta se dará cuenta perfectamente que hay libros para toda clase personas, y que hay cosas que simplemente no se pueden darle a un novato si pretendemos que se adentre en ese universo. Debes de tener mucho cuidado sobre todo cuando la recomendación es más bien una crítica, pues se debe de ver que sea objetiva y tenga fundamentos bien planteados, de otra manera sería llenarte la cabeza de prejuicios y arruinar una buen lectura… o viceversa.


Así que  futuro navegante, este es mi consejo para ti:
  • ·         Haz caso omiso de los títulos que te ofrece la gente que cree urgente y necesario que te empapes de los clásicos. Los clásicos son buenos, pero hay que tener cierto colmillo y callo para llegarle a uno y disfrutarlo. Ya los leerás cuando estés preparado para ellos.
  • ·         Aléjate de los recomendados impuestos, esto es, que a huevo quieren que los leas sólo porque están de moda, o el que te los recomienda está loco por ellos…. A menos claro, que de verdad te interese la trama; pero si no tienes la menor intención de leerlos porque simplemente no te llaman la atención y/o el tema no te gusta, simple, no los leas.



Consejo número 2: El tamaño no lo es todo
Ya te quitaste de encima prejuicios y tienes una idea de qué clase de libro te gustaría leer, pero te das cuenta que nunca has leído nada demasiado extenso…

  • ·         Si así lo deseas empieza por un libro no muy extenso, una lectura ligera que creas poder llevar de manera amena sin que te resulte exigente.
  • ·         Si eliges por otra parte, el libro más extenso, primero hay que estar seguro de que en verdad quieres leerlo, y no dejar que la cantidad de hojas te intimide. Siempre hay una primera vez.

·         Y recuerda: nadie tiene porque imponerte un libro, delgado o grueso, esa es tu decisión.


Consejo número 3: Busca tu lugar
Ya tienes tu libro, ahora sólo quieres leerlo. La lectura es de esas cosas que una vez que dominas puedes llevarla a cabo en diversos espacios y ante cualquier clase de condiciones, pero siempre querrás buscar la comodidad para llevarla a cabo.

  • ·         Encuentra un rincón en tu casa donde puedas leer sin ser molestado por el ruido u otros… La recamara siempre es un buen lugar, suelo/cama/sillón, pero si tu cuarto no te insta a la leer…
  • ·         El baño. Hay personas a quienes podríamos llamar de “culo intelectual”, porque sólo leen a la hora de ir al baño…pero hey! También se vale. Si leer en el baño es lo tuyo, que no te de pena, el chiste es leer.
  • ·         La azotea. Sólo recomendable a la luz del día a menos que puedas ver en la oscuridad o tengas lentes de visión nocturna.
  • ·         El autobús. Recomendado si el murmullo de las amigas chismosas que tienes detrás, los que se suben a cantar y los ruidos de la calle no te importan mucho; además es un excelente distractor si tu trayecto es muy largo.
  • ·         Salas de lectura/Bibliotecas. el lugar por excelencia para leer tranquilamente y en paz si no encuentras otro lugar. Sólo es cuestión de respetar los horarios.
  • ·         Parque/Jardín. Similar al caso de la azotea… y en caso de que no le tengas miedo a un ataque aéreo por parte de las palomas
  • ·         Café: a riesgo de que te puedan tachar de hipster, pero nunca está mal acompañar la lectura con una bebida agradable.



Consejo número 4: Lee sin temor al qué dirán

Parece increíble pero muchas personas suelen meterse con las lecturas de uno, y andar de incordiosos tirando mierda para que “dejes de leer semejante idiotez”. Lo que puede pasar en estos casos, es que debido a esta presión/comentarios te dejes llevar y por miedo a quedar como un idiota poco conocedor y de malos gustos, no leas y termines leyendo lo que los otros te recomienden.
Déjame decirte algo:

  • ·         Eres un novato. Evidentemente eres poco conocedor, y hasta es posible que tengas malos gustos. Pero ¡hey! NADIE nace enseñado, nadie nace con buen gusto, eso es algo que se adquiere, y para adquirirlo hay que leer.
  • ·         Todos como lectores hemos leído algún libro del que nos avergonzamos, pero de los malos libros como en la vida, sólo aprendemos hasta que cometemos el error. Y para ello, lo mejor es cometerlo. Recuerda: del error se aprende. Aquél que te diga que el primer libro que leyó fue algo de Saramago, Cervantes o Joyce, es un fanfarrón mentiroso y poser….
  • ·         Como novato poco conocedor, se te puede perdonar que termines leyendo ciertos títulos infames, y así sean malos nadie tendría que decirte que no lo hagas, y aún si lo hicieran, deberías terminar de leer el libro, porque sólo al terminarlo podrás forjarte una opinión propia al respecto. Lee el libro, termínalo, si es malo ya lo podrás decir tú mismo.  
  • ·         A estas alturas poco importa la clase de libro que leas, lo importante es que lo hagas. El tiempo y más lecturas definirán tus gustos, y tú sólo, sin ayuda de nadie, podrás crear juicio sobre lo que lees.



Consejo número 5: Se vale rajarse
Todos, admítanlo, hemos dejado un libro a medias. Pasa, a medio mundo le ha pasado. Y no hay de qué avergonzarse. Muchos puristas o payasos podrán ufanarse de que ellos han leído tantísimos libros de lomo a lomo, incluyendo los más densos. Y te puedo asegurar que un gran porcentaje de ellos miente como vil bellaco.

Nos ha pasado que engañados por la portada, el tema, el título, y algunas veces, hasta por el autor, comenzamos a sumergirnos en un libro que no resultó como esperábamos por las razones que quieras: es aburrido, es denso  hasta la chingada, no tiene sentido, te decepcionó la trama, no le entendiste o sencillamente está del asco. ¿Y qué se hace en esos casos? Dejamos el libro de lado, lo mandamos a volar o lo arrumbamos para 5 años después darle una nueva oportunidad a ver si podemos terminarlo.
Créeme, todo lector tiene en su baggage un libro pendiente…

  • ·         Si el libro simple y llanamente no te gusta, no le entiendes o lo que quieras, pero no puedes seguirlo leyendo, déjalo. Y ve por otro. Nadie te está obligando a terminarlo si no te gusta; no es competencia ni estamos en la escuela.
  • ·         Cada quién sus gustos, y si alguien te crítica por abandonar una mala lectura, no te sientas mal, seguramente ellos no leerían algo que no quisieran.
  • ·         Porque esa es la clave, recuérdala, siempre leer por gusto. Porque de a huevo ni la ropa entra.



Consejo número 6: Pégame pero no me dejes


Si tras superar todos los obstáculos, tomaste tu libro, lo comenzaste a leer, te gustó, evadiste la crítica malintencionada y conforme sigues leyendo y las páginas se van acabando, vas a llegar posiblemente a un punto que todo lector ha tenido que enfrentar una o más veces en su vida: El “ya no quiero leer”, “no puedo, simplemente no puedo”, “me niego a seguir leyendo” “si sigo leyendo me va a dar algo”.

Esta situación que llamaremos “el Efecto Sacher-Masoch”  se presenta cuando un lector se acerca al final de su lectura, el clímax lo asalta, y se caracteriza por el temor a continuar  y descubrir el final, lo que lo lleva a entrar en un estado de ansiedad/estrés…Una verdadera agonía. Con probabilidades de negación, arranques de irá y una evidente disposición a sólo hablar del tema o no hacerlo.

·         Primero que nada, no se preocupen, les puedo asegurar que esas negativas por seguir son de dientes para afuera… Usted mismo podrá descubrirlo cuando le pase….porque le va a pasar.
  • ·         Los lectores somos masoquistas y nos gusta sufrir, así que, tarde o temprano, así dejemos el libro de lado junto a la cama o lo escondamos donde no podamos verlo por días, la curiosidad será más fuerte y terminaremos enfrentándonos a aquel final que tanto deseamos y tememos. Y así temblemos y lloriqueemos, por dentro nuestro morbo esbozará una sonrisa...porque básicamente el libro tiene un látigo en la mano y a nosotros nos gusta ponernos a cuatro patas, aunque lo neguemos…
  • ·         He aquí lo más importante: Un lector debe ser valiente, porque se va a sufrir conforme se lea, y habrá momentos donde querrás claudicar, pero ya llegaste hasta aquí y debes leerlo hasta el final, porque es tu deber para con el autor, y el tuyo como lector, saber cómo termina lo que te produce ese dolor y acabar con él.
  • ·         Y por último: se vale llorar.






Ahora que ya tienes estos consejos ve a por un libro, porque no sabrás lo que te pierdes hasta que lo intentes…. Y felices lecturas. 

domingo, 8 de diciembre de 2013

Como "Crepúsculo" infuenció en mi vida



Antes de que se me lancen a morderme el cuello, respiren un momento y concédanle a este escrito el beneficio de la duda.
A propósito de la FIL, y las compras multitudinarias de libros que produce, y de las cuales me confieso parte, recordé la Infame pregunta que hace un año le hicieron a nuestro querido presiwey: "Nombre usted 3 libros que hayan influenciado su vida".

Si me permiten el despliegue snob, no podría limitarme a sólo 3, podría mencionar 6, 10, porque buena parte de mi vida a girado en torno a ellos:  Desde los libros que sigo queriendo desde que era una niña, a los compañeros de pubertad, adolescencia, los de las noches oscuras, los de cabecera, los que sólo los leí una vez y  me expandieron el horizonte mental... Sería difícil poder dar sólo 3 concretos, cuando con cada año las lecturas crecen, conozco nuevos títulos y mi manera de pensar se enfrenta a nuevos impactos literarios.

De ahí que no podría decir jamás cuál es mi libro favorito, porque no sólo tengo uno; y si bien buena parte de mi vida he dado la típica respuesta de cajón "Aura, El Conde de Montecristo y El Principito", cosa que aunque no deja de ser verdad que me cambiaron la vida, la respuesta y esa razón no es sólo exclusiva de ellos.

Y aunque viniendo de mí pueda sonar a broma, el libro de Crepúsculo, tendría que formar parte de esa lista, porque también cambió mi manera de ver las cosas.

Lo conocí hará cosa de 4 años, cuando era estudiante y mi criterio en cuanto a lecturas, aún presentaba algunos flancos débiles, sobre todo en cuanto a literatura de vampiros refiere, y ahí va tu pendeja que guiada por lo que había oído (Una historia sobre una adolescente enamorada de un niño vampiro que va a la escuela), pensó que no podía estar tan mal.

¡Qué ingenua fui!

(Sí soy un hater, pero no ahondaré mucho en la hediondez de este libro porque la verdad, qué weva!)

Lo leí, lo confieso, y para fines educativos no me arrepiento, porque si bien gasté dinero, y perdí mi tiempo en una lectura que fue como una mentada de madre para un vampire fan como lo sigo siendo, aprendí mucho. Y lo que vino tras leerlo fue un suceso de aprendizaje.

Me di cuenta no sólo de la clase de imagen que le estaban vendiendo a las niñas pubertas de los Vampiros,  y que para mi horror, esa historia cuya idea base no era mala, terminó siendo un bodrio pendejo y mal escrito, con los protagonistas más sosos posibles y un remedo bling-bling de criatura sobrenatural que tenía la osadia de hacerse llamar "vampiro".... Y que era popular. Que las mocosas del siglo XIX lo encontraban fascinante, y que daban por hecho y sentado que esa cosa eran en verdad los vampiros.

Razonando un poco me di cuenta que las niñas que gustan de esa literatura son la clase de persona que les gusta la literatura fácil, sin demasiadas complicaciones ni golpes al alma, ya no digo de cosas oscuras, y que quieren que todo acabe en un final feliz que incluya marido guapo y rico. En resumen, pseudo literatura barata para adolescentes calenturientas de poca sesera.

Lo que verdaderamente me aterró fue su alcance mediático, su popularidad, el modo en que diversos medios y personas comenzaron a relacionarlo automáticamente con el resto del mundo de los verdaderos Vampiros. Fue como añadirle a la familia sangrienta a un primo indeseable y sumamente incomodo....    Desde ese momento la palabra "Vampiro" quedó convertida en un estigma pegado como referencia obligada al libro ese. Y si te gustaban esas criaturas nocturnas, las verdaderas, ante los ojos del mundo poco conocedor, que pareciera que nunca en su vida hubieran leído ni visto algo sobre vampiros, te convertías automaticamente en un fan de Crepúsculo.

Auch....  Creo que incluso llegó un punto donde la palabra Vampiro, comenzó a evitarse o te arriesgabas a ser victima del escarnio social.

Todo esto, para mis pocas pulgas, porque me considero fan de los No-Muertos, y para mis pretenciones de escribir sobre el tema, porque se me vinieron encima una serie de dudas,odios y temores pendejos por decir lo menos. Me hizo enfrentar la verdadera cara de la ignorancia humana a nivel literario y cultural, del poder del status y de las ideas de este nuevo milenio donde siguen poniendo como ejemplo de vida a una mujer que se consigue a un amante rico para que la saque de pobre.

Me hizo sentir ofendida como lector, como mujer, como creyente, como fan.... hasta como intento de escritor. Yo creo que jamás se me habría ocurrido que un día un pedazo de papel con una historia mierda, tendrían el poder para mentarme la madre.  Pero ese mismo odio, esas mismas dudas y temores, me infundieron coraje. Me dieron esperanzas.....de alguna manera.
No como escritor sino como fan, de que era mi deber defender lo que sigo, lo que creo que es lo correcto y tratar de re-educar a la gente, y por Buddah, enseñarles que los Vampiros de verdad no brillan como brillantina de tianguis bajo la luz del sol. Me dio esperanzas incluso, porque si semejante porquería mal escrita pudo salir a la luz (ya no digo triunfar), quiere decir que tal vez un día mis escritos, logren verla también....Irónicamente.

¡Pero hey! ¿De qué nos sirve la vida sino podemos aprender de lo malo que nos ofrece?

Este tan libro tan infame y´asqueroso, que sólo es superado por su producción cinematográfica y su mal intento de fanfic porno  con BDSM malogrado (vulgarmente conocido como 50 sombras de Grey), me enseñó a ser más juiciosa con mi selección de lecturas, me volvió más crítica, y aunque me hizo avergonzarme a ratos de mis gustos, renovó las flamas para defenderlos, y ponerme en el camino para hacerles justicia.

Hoy por hoy, soy uno de sus más ferreos detractores, por lo que no temo gritar a los cuatro vientos: Amo a los Vampiros, gracias por reforzar ese sentir.

Que hasta la mierda tiene que servirnos para algo!